La Radio del Gato

lunes, 5 de abril de 2010

DONDE DEMUELEN EL AGUA - Jorge Jesús

CRÓNICA 10


El tiempo es más abierto, transcurre en las velocidades del espejismo donde hay que llegar al agua. El espacio es cada vez más cerrado, más atado y plagado de emboscadas del torturador de turno. Los colaboradores actúan como en cualquier orgánica laboral. Cumplen horario custodiando detenidos, descansan en sus armas que disuaden; Pedro Jonas sabe que están preparados para matar detenidos desarmados. Ellos se molestan si el detenido les requiere agua y pegan para mantener los límites del plantón.

-Número. -Nombra el sargento que irrumpe dentro de la capucha

Afuera de la capucha ocurren comunicaciones entre custodias y oficiales que Pedro Jonas no puede registrar, se entera porque lo agarran con sus garras y lo trasladan.

-caminá. –grita el Número tironeando del brazo que remolinea arriba de las esposas del detenido.

-Si te hacés el vivo, eres carne de ametralladora. –amenaza el sargento.

-Bien sabés que Ivo salió con los pies para adelante. –provoca un lenguaraz de voz similar a la voz del teniente de bigotes amarillos.

-¿Quienes son tus compañeros?- interroga otro que aprovecha a golpear, como si los golpes preguntaran se entusiasma en cumplir con el método.

-Aquí te quedás parado.- grita el Número.

-Abrí las piernas. –exige otro custodia pateando los tobillos de Pedro Jonas, quien ya no puede permanecer parado de tanto estar parado de plantón.

El ambiente se conforma en un erizo, pincha al respirar el miedo impuesto por gente que ya no es gente, son torturadores. Hablan el mismo idioma, nacidos en la misma orilla del Río Uruguay, escolares de la misma ciudad, y por un sueldo envenenado en la mentira actúan las armas contra la gente, se erigen en pequeñitos dioses del averno que administran destinos humanos con sus manos homicidas.

El clima es mantenido como en una burbuja extraña a la sociedad. Las puertas de la burbuja conforman límites de un laberinto regido por “La Máquina”. Término usado por los torturadores para designar el mecanismo del oficio de torturar. Y “La Máquina” funciona con los detenidos que los militares capturan en las casas del pueblo.

El ambiente se conforma con la sed y quiero agua.

El aire se erige en dolores, rompen el agua, demuelen el agua.

“Gente y gente que se lamenta”.-comenta un custodio que canta con alegría.

¿Dónde estoy que se cae el agua? –Pedro Jonas anda en chalana remando con sus compañeros y no alcanza el agua.


(del libro que escribo desde el título “NOCHES SIN CAMPANAS”)
JORGE JESÚS

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