Cómo ves el mundo, me pregunto, y no encuentro
respuestas. Confesiones que me den una idea precisa, ciertamente desde mi
visión, de cómo veo el mundo. Entonces recuerdo ese tango, de Discepolo, que
solía escuchar en casa de mis abuelos; “El
mundo fue y será una porquería, ya lo sé”. Y lo digo yo que me hospedo en
este mundo desde hace ya 4 décadas y todo sigue igual, la derecha va al revés y
viceversa. Sigo reflexionando. Abro un paréntesis, me parece bueno, para poder
encontrar una respuesta probable donde esclarecer este conflicto subsistencial
que ha decidido atropellar mi razón. Regreso hacia atrás en el tiempo. Crecí silenciada por los milicos, prohibido
pensar, prohibido hablar, prohibido razonar, prohibido discutir, prohibido
aprender, prohibido lo prohibido. Luego
vino la Democracia. Y entonces, nos estampillaron que Democracia era igual a
Libertad. Pero claro, cómo saber cuál era el encanto de esa palabra que sonaba
tan maravillosamente en mis oídos y de la cual nunca me habían hablado, mucho
menos instruido. Libertad, Libertad, bellísima palabra. A partir
de entonces comenzaron mis conflictos existenciales, qué es la libertad; cómo
vivir en libertad; qué es ser libre; libre de ó libre para…Cuando la mitad de
mi ser ejercita su propia voluntad la otra la censura inhibiendo. Cómo saber,
entonces, de qué modo veo el mundo si apenas puedo saber que vivo en él.
Jan Kaa
1 comentario:
Gostei muito de seus texto. Legal mesmo.
Beijos!
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