19 de junio, 2012:
Los escritores son grises
¿Han visto cuando los días se ponen grises?
El trayecto fue gris, aplastantemente frío y gris, como un elefante monstruoso,
como un cielo de ceniza. El gris es un charco sucio que busca, desesperado, su
origen, su pedazo de mar. No es blanco, no es negro. Es un hibrido
entristecido. Ni siquiera es la tristeza. La tristeza debe ser cian o magenta. Pero el gris, el gris es plomo, es
hueso viejo. En el campo, las vacas estaban echadas entre los pastizales,
esperando la noche, la hora de los muertos, estaban grises. Todo tan gris. Tan
aburridamente gris. Recordé culturas ancestrales, leyendas, dioses primitivos.
Sabía que estaba perdido. Entonces, para salvar (a medias) el trayecto, fue
necesaria la zoantropía, soñarme pez, halcón, escuerzo, anguila jabonosa… ya
entrando a la ciudad, me soñé tiranosaurio rex, godzilla, king kong… en la
puerta de la oficina me soñé cucaracha, lombriz, zancudo, hormiga… y fui
empeorando, hasta soñarme escritor.
Amadeo Pastor
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