La Radio del Gato

martes, 18 de mayo de 2010

TRANSEÚNTES DEL LABERINTO - Jorge Jesús

Crónica 49 de la novela de Pedro Jonas




Encapuchado y atado me trasladan por un laberinto de sombras; los cuarteles, Pedro Jonas, habitáculos oscuros de la tortura. No me aflige el para qué me llevan de un lado para el otro; me aflige sí, el dolor.

Desde Paysandú nos trasladan en camiones por las rutas nacionales, o en trenes entre los pueblos del campo; nos muestran sin capucha, a cara descubierta, nos exhiben de manos atadas, sentados entre los pasajeros civiles de aquellos trenes.

Soberbios en su desmán, muestran trofeos vivos. Los trofeos de la dictadura, somos los cautivos, sobrevivientes, que habitamos en el laberinto siniestro de la muerte.

¿Quién se atreve a repetir, que aquí, no se lucha por la libertad?

La libertad contiene tonalidades de Pedro Jonas, y de muchachas como las de abril; brisas de la calle abierta de Helena y Claudia. La libertad es un silencio maravilloso de millones de amaneceres.

Aquí, en el laberinto de la sombra, es donde aflora el averno sin metáforas; hacedores del dolor los militares y civiles de La Orden Debida, forman la tropa del gran felón; y estos, prefieren lo literal en la hoja de misión diaria, prefieren el dolor hecho con sus manos perversas.

Manos atadas con alambre y arriba del camión verde del traslado. Llegamos y el camión frena en el cuartel anfitrión. En claves de la hoja de misión, nos reciben en el calabozo, destinado para los transeúntes del laberinto.

JORGE JESÚS

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