Crónica 39
La memoria de las palabras, encuentra ecos que empujan voces, las repito como las dicen, yo te las cuento un día y otro día Pedro Jonas. Repiten un accionar metódico en los cuerpos de los detenidos, que día a día vamos siendo diferentes, físicamente más débiles por ejemplo.
Después que me tocara de cerca la experiencia de la tiza, la descubre un detenido recién ingresado a la tortura, descubre obligado el círculo de tiza. Oigo los ruidos de instalación del detenido en un lugar próximo a mi círculo rayado en el suelo, y el sargento le explica.
Párate aquí. No te muevas de este lugar. Alrededor tuyo hago un círculo de tiza, tienes prohibido moverte del círculo, no lo puedes ver, ya lo sé, el soldado y el cabo verán si te mueves del círculo de tiza y te lo advertirán.
Mi vecino en transcurso, comienza el período de pedir agua, delira con el agua y la sed y llama a quien parece ser su amor, y le pide agua, Ana y la enamora y Ana lo dinamiza, y se mueve para llegar al agua que sus ojos encapuchados están mirando.
No se mueva. –ordena el cabo.
Mi vecino, habitante de un círculo de tiza similar al que rayaron en el suelo alrededor de mi ser, es un hombre que se confunde de sed.
Naturalmente va tras el agua que solo él y Ana descubren; y el cabo le advierte que no transgreda la frontera de tiza.
Metódico el cabo, continúa la orgánica del asunto y ordena una paliza, que logra inmovilizar al hombre en la Orden Debida: No se mueva.
El hombre apaleado y ordenado en el lugar asignado, gime sobre el piso de su habitáculo, construido con paredes de tiza, donde Ana en este mundo, no puede creer lo que sucede.
(Del libro que escribo desde el título "NOCHES SIN CAMPANAS")
JORGE JESÚS
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