La Radio del Gato

domingo, 14 de junio de 2009

Idea Vilariño

Idéntica a su poesía, bella y triste, Idea Vilariño vivía en su departamento de Anzani 2129, con su hermana llamada Poema.

Idea y Poema son sus nombres de pila porque así las llamó su padre, el anarquista Leandro Vilariño, poeta injustamente olvidado.

Los cinco hijos se llamaron Alma, Azul, (hermano), Idea, Poema y Numen, el más pequeño y un muy destacado pianista. Además de escuchar música y de adentrarse en la literatura clásica, el padre les leía su propia poesía, la de Almafuerte, Herrera y Reissig, y Darío.

Don Leandro tenía un oído infalible y podía reconocer la métrica de un poema aunque la ocultara su composición gráfica. Idea estudió piano pero lo que más le gustó fue el violín al que le dedicó diecisiete años.

Su alta poesía se inició de niña como un servicio a sus compañeras de clase porque al igual que nuestra Rosario Castellanos, Idea hacía poemas de amor que las quinceañeras entregaban a sus enamorados como si fueran propios.

Esta Cyrana de Bergerac tempranera nunca se dio cuenta de su talento y tampoco creyó en él. Creyó en cambio en el sinsentido de la vida, en la muerte que crece junto a nosotros, en su mundo sin Dios, en el fracaso del amor y la belleza, la desolada inutilidad de todo esfuerzo.
"En la arena caliente, temblante de blancura/ cada uno es un fruto madurando su muerte."

La poetisa Idea Vilariño nació en Montevideo (Uruguay) en 1920.

Desde niña, Idea da muestras de una enorme sensibilidad a las palabras aunque es incierto el momento en que empezó a escribir poesía ya que fue una experiencia muy anterior a la escritura; sin embargo la poesía la vivió de una forma natural que hacía sin ninguna pretensión.

No es consciente del tiempo a pesar de que fueron cuarenta años de escribir. Fue contemporánea a la generación de los poetas uruguayos del '45, entre los que se encuentran Mario Benedetti, Manuel Claps, Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama e Ida Vitale.

Para Idea, la poesía se convirtió en el "acto más privado de su vida realizado en el colmo de la soledad y del ensimismamiento, realizado para nadie, para nada".

Su calidad literaria atiende a una cuestión existencial donde ninguna palabra sobra y ninguna alerta falta. Así como la poeta Rosario Castellanos dijo: "Hoy me miré al espejo, y no vi a nadie", Idea también toma distancia del espejo que nos mira y de la incógnita de lo que somos.






En 1945 aparece La suplicante, su primer cuaderno de poesía. Su obra poética la integran: El paraíso perdido (1949); Nocturno (1955); Poemas de amor (1957); Pobre Mundo (1966); No (1980). En 1967 integra el jurado del Premio Literario Casa de las Américas.

Desarrolló además una extensa obra crítica y ensayística donde resaltaron los títulos: Julio Herrera Reissig (1950) y Grupos simétricos en poesía (1958).

Idea Vilariño se consolidó con Nocturno (1955) en una voz poética que es ajena a lo que se entiende por "lenguaje poético".

La soledad es radical y la muerte una presencia en cada verso. A pesar del gran valor de su obra, de todos los poetas de su época, fue la menos publicitada.

Mantuvo un hermetismo total respecto a su obra negándose a publicar sus libros pero al mismo tiempo los publicó ante la necesidad de comunicar cuando el acto de creación cumple su cometido:
reposa un tiempo y después sale a la luz, aunque en ella existe un sentimiento contradictorio que le dice que nunca debió publicar:
"Pero eso a estas alturas ya no importa."

La poesía era para Idea una forma de ser, para ella; todo lo demás en su vida fueron accidentes: "Pude ser profesora o no. Sola o no.
Música o no. Traductora de Shakespeare o no. Estudiosa de la prosodia o no. Todas esas cosas que amé y que realicé en la medida que pude. La poesía no fue accidental. Mi poesía soy yo."

Cada poema de Idea es una circunstancia que ubica a la poesía y a ella misma en un espacio y un tiempo.

Su obra se alimenta de su pensamiento político que plasma en sus poemas, como Playa Girón, la muerte del Che, la tortura en la América Latina, Nicaragua. Son circunstancias que a ella la involucran como escritora.

El ritmo es fundamental en todo hecho poético y en Idea la identidad es una constante ya que no se pueden ser tantas cosas en tantos planos.

Se leía a sí misma para saber quién era. Las obsesiones no existen en la poesía de Idea Vilariño, sólo las certezas, como el que la vida y el amor se acaban.

No está presente en el texto, el lenguaje la define, es nombre y sustancia a la vez, es el signo y la nada, es palabra y el ser. A su poesía le quita la voz y la vuelve sensación en un lenguaje arbitrario. Idea no se materializa y reniega de sí misma en "un yo que no soy".

Rechazó premios, reconocimientos, entrevistas, becas, entre ellas la más codiciada Guggenheim.
Es un árbol solitario del que sus frutos se saborean sin comerlos.

En la madrugada de un martes 28 de abril de 2009, a los 89 años, Idea sucumbe implicando esto la pérdida de una de las principales poetisas uruguayas y de América.

1 comentario:

Unknown dijo...

Idea Vilariño, francamente fue una poetiza única en america. Tus comentarios son muy buenos.

SALUDOS

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