Si el tiempo se detiene, ya no
serán necesarias las despedidas. Cómo saberlo. La noche se hizo de día. Tú
sombra y la mía se perdieron en la urdimbre de dos caminos.
Si no hay más geografías, mi casa será tu casa y tu cama la mía. Cómo
saberlo. La luna, ansiosa, acunó a las estrellas. El último abrazo, amaneció en
la otra orilla. Cuáles serán los secretos. Ya no hay más respuestas.
Jan Kaa
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