Hay días que no le caben,
simplemente, las palabras. Días de azar. Tiempo de subversión. Pensamientos
versus sentimientos. Lo sé. Hay, siempre, dos caminos y esto es indefectible.
Se debe distinguir uno con
lealtad y, por ende, afrontar los resultados. Esta invasión sin victoria está
cercando el cielo de mis ojos bien abiertos. Encapotando el alma con una
miserable luz de esperanza. Dos caminos. Hay otro, que anuncia el fin de todos
los pecados. Qué bella palabra, pecado,
pecado…en ella se resumen, histriónicamente, todas las culpas. Oh!
venerado dios, lleva a tu reino a esta desventurada alma. Qué fantástica es la parodia,
de cuántas cobardías nos salva. Cómo admiro a esos valientes que se lanzan sin
arrepentimientos, descuidados de toda falta. Sigo sentada a la vera de los
caminos. Qué cobarde soy.
Jan Kaa
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