La muerte se escurre en el camino. Sentada en el
portal del viejo pueblo espera. Recorriendo las calles silenciadas, dibuja
senderos maquillados de ardientes venturas. La ignoro como quien rumia la savia
de la vida. Carnal, burla mis esquivos pensamientos. Cambia mis sendas,
plagiando nuevas rutas. Chantajista. Barro la ceguera de mis ojos conquistando sus
engaños. Hechicera. La corriente del río despierta la opulencia del sufrimiento.
Resignación. Palmo a palmo, la fatalidad se deshoja. Esta vez, sólo quien tenga
la certeza será la vencedora.
Jan Kaa
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