La Radio del Gato

viernes, 19 de marzo de 2010

CAMPANAS DE UN MAGNOLIO EN FLOR



Desde un patio plantado al lado de un magnolio con flores cítricas en espumas blancas, unos ojos verdes me miraron para conversar entre el conjunto de personas sentadas en el compartimento estanco de "la orden debida", prohibido hablar, Los prisioneros estaban ahí cuando llega mi turno de interrogado en el patio del magnolio.

Esa señora atada a sus manos esposadas, me miraba con unos ojos llenos de vida verde, encendidos en un sol verde. Me sirvió tanto esa calidez humana entre las siluetas de aquellos custodios del infierno, que ando buscando esos ojos que se quedaron en mi memoria.

Cómo no encontrar la luna en cada flor de estas estrellas que ahora tocamos con las manos?

Aquellos ojos me siguen mirando con la calidez del desafío de una sonrisa invitandome a vivir. Todavía siembro palabras en las distancias, quiero saber si esa bella persona vive y poder nombrarla. ¿Cómo se llama?
Quiero agradecerle tanta vida que me dio en un instante del infierno de la tortura, alcanzándome vida en el humanismo de esos ojos verdes, que me miran desde la firmeza de una mujer bella como la libertad de abrazar con los ojos al que necesita el aliento ante la tortura.
Se me encendieron campanas y encontré más ánimo para enfrentar los castigos que ordenaban los dictadores de aquel Uruguay.
Escribo de flores y campanas de agua para rimar con el campanario de la fuente de sus ojos verdes, que me miran en intimidad compañera mientras cuento sílabas de un verso alineado en el poema diario de sus iris.

Jorge Jesús

No hay comentarios:

Traductor