Un 18 de marzo de 1910, fallecía en la ciudad de Montevideo, a la edad de 35 años, el gran poeta uruguayo, Julio Herrera y Reissig, uno de los mayores exponentes de nuestras letras.
Iniciado en el romanticismo tardío, impulsor de la vanguardia modernista y surrealista que lo convertiría póstumamente en una referencia obligada de la poesía latinoamericana de la época, junto a Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre y Salvador Diaz Mirón.
Debido a su precaria salud, a los diecisiete años de edad, debe abandonar los estudios formales a causa de una enfermedad cardíaca congénita, agravada al contagiarse de fiebre tifoidea. Esta circunstancia le impide además cualquier tipo de viajes, salvo una breve estadía en Buenos Aires y algunas visitas a ciudades del interior de nuestro país.
Esa posibilidad de intercambiar con otros intelectuales de la época a través de viajes, lo condiciona a ser un ávido lector, liderando reuniones literarias desde su ático, conocida como "La Torre de los Panoramas", debido a la importante vista que desde alli se tenía hacia el Río de la Plata.
Herrera y Reissig escribió ficción, ensayos políticos y muchas otras obras, pero es fundamentalmente conocido y reconocido por su producción poética.
Canto a Lamartine (1898)
Epílogo wagneriano a "La política de fusión" con surtidos de psicología sobre el Imperio de Zapicán (1902)
Las pascuas del tiempo (1902)
Los maitines de la noche (1902)
La vida (1903)
Los parques abandonados (1902-1908)
Los éxtasis de la montaña (1904-1907)
Sonetos vascos (1908)
Las clepsidras (1909)
La torre de las esfinges (1909)
Los peregrinos de piedra (1909)
Tratado de la imbecilidad del país, por el sistema de Herbert Spencer
(escrito entre 1900 y 1902, editado por primera vez en 2006 por Aldo Mazzucchelli.)
Una biografía fundamental sobre Julio Herrera y Reissig
La mejor de las fieras humanas: vida de Julio Herrera y Reissig. po Aldo Mazzuchelli.Taurus.
"El escaso tiempo en que el poeta tuvo que realizar su aprendizaje, madurar y evolucionar, su obra alcanza zonas variadas y abre caminos de indudable riqueza.
Así, Los parques abandonados (1902-1908) nos revela un Julio Herrera incursionando en la temática erótica, en la captación de los instantes sugestivos de la vida afectiva; Las Clepsidras (1909), una predilección por el exotismo común a los modernistas; Los éxtasis de la montaña (1904-1907), su prodigiosa captación de las delicias de la vida natural, de los paisajes, de las tareas campesinas, de todo cuanto hace sustancial y legítima la experiencia bucólica; la Desolación absurda y la Tertulia lunática, su dominio del hermetismo y del verso en clave. Heredera del simbolismo, la poesía de Julio Herrera y Reissig logra insuflar, por entre los perfiles nítidos de sus paisajes y las coloraciones definidas de sus ambientes, un aura de sugerencia y una corriente de significaciones rica y matizada, propias no sólo del objetivo perseguido por las escuelas y las maneras literarias, sino de la buena poesía.
Muerto el 18 de marzo de 1910, a los 35 años, Julio Herrera y Reissig no pudo acrecentar sus experiencias ni desarrollar plenamente todos los recursos de un arte cuyo dominio demostró magníficamente en su corta obra. Tanto como su poesía, su vida fue ejemplo del estilo modernista: leyenda negra tejida en su torno, con motivo de su incurable enfermedad; horas y horas integrando cenáculos, defendiéndose y atacando a la vez a la incomprensión y la chatura mental de la sociedad burguesa (piénsese en La Torre de los Panoramas); crecientes dificultades económicas; incomprensión del público, cuando éste no recibe lo que acostumbra y el artista lo desafía con su afán de renovación y sus demostraciones de audacia."
Tomado de: 100 autores del Uruguay
Paganini, Alberto - Paternain, Alejandro - Saad, Gabriel
Editado por: Capítulo oriental.
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