La Radio del Gato

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Educación para ricos; educación para pobres?

 Columna 143 publicada en el Semanario uruguayo El Popular el viernes 11 de noviembre de 2011
Escribe Ignacio Martínez



La ANEP aprobó un proyecto presentado por el Consejero Daniel Corbo que en líneas generales habilita a que cada centro de estudio presente su proyecto educativo llegando, incluso, a modificar la currícula, si así lo entendiera, y de esta manera gestionar apoyo educativo y financiero. El Proyecto de Fortalecimiento de las Instituciones para la Mejora Educativa (Profime), así se llama la propuesta, tiene como eje: a- autonomía de cada centro para determinar qué se enseña, es decir los énfasis que se harán en tal o cual contenido curricular; b- cada centro competirá según su porcentaje de aprobados, aprobación que dudo que se concentre en la evaluación de los contenidos aprendidos por los jóvenes, sino por otros criterios de evaluación, según cada centro; c- las direcciones tendrían facultades con cierta independencia, de contratar al personal docente; ente otras cosas. El Profime tendrá una Comisión que evaluará a los centros que se postulen para este Programa ¿Quién designa esa Comisión y cómo evalúa?. La Comisión evaluará las condiciones educativas y socioeducativas de cada centro ¿Con qué criterios? El Profime designará docentes orientadores para cada centro ¿Cómo los elige? ¿Qué curso tendrá esa orientación? Los docentes deberán firmar un compromiso con el centro que van a integrar y su programa orientado por Profime. ¿A dónde va todo esto? Va hacia la posibilidad de rebajar contenidos de los programas en cada materia. Va a convertir cada liceo en islas según la zona, la población, el medio social del cual vienen los muchachos, fragmentando así a toda la enseñanza secundaria, debilitando aún más ese eslabón de la larga cadena educativa que reconocemos sí que está en crisis, porque es un pilar fundamental entre dos opciones de país que son dos opciones de mundo: el mundo de las minorías poderosas que dominan a la inmensa mayoría empobrecida o el mundo de la integración social en la equidad y la pública felicidad. El asunto va por otro lado. Tenemos que revisar los contenidos, sí, pero también las formas. Es cierto que un muchacho puede preguntar para qué le sirve la Tabla de Mendeleiev. Es cierto que quizá haya que dejar para después las Coplas a la Muerte de su padre o el Mío Cid y empezar por otro lado, por Líber Falco, por Idea Vilariño, por Circe Maia, por Quiroga, por ellos mismos, los jóvenes, creando.  Aquí se impone analizar la formación docente en profundidad. Una vez dije que si se incorporaba una hora semanal de estudio de guitarra, los docentes saldrían dominando bastante bien ese instrumento al cabo de toda su carrera, como una herramienta más de educación. Yo ya hice la prueba y el resultado ha sido formidable. Por algo hay que empezar. Los jóvenes deben apropiarse de los centros, hacerlos suyos, organizando actividades sociales. Aquí la educación en valores se vuelve imprescindible. Pero hay que empezar por casa, por las direcciones y el personal docente y no docente que sea capaz de utilizar en el buen sentido a los sectores más dinámicos del estudiantado, su fuerza, su capacidad creativa, y, sin temores, darles participación en serio, con derechos y obligaciones. ¿De qué estoy hablando? Por ejemplo de que se hagan cargo de la cantina, de que se hagan cargo de la limpieza, de que haya actividad artístico-cultural organizando coros, teatro, cursos de baile, bailes ¡ah, sí, pero hay que retribuirlos! Y hay innumerables ejemplos que señalan por dónde se debe encaminar la cosa. Más educación, más trabajo, más artes, más deporte, más vida social. Hay docentes jóvenes con muchísimas iniciativas. Pero las autoridades deben facilitar la cosa, deben constituir liceos a escala humana en comodidades y en cantidad de muchachos, deben proporcionar materiales, deben incorporar talleres y muchas actividades extracurriculares y fuera del liceo, deben alentar la más amplia libertad. Dime cómo está el piano (si es que hay) en tu centro de estudio y te diré cómo anda ese centro. Sí, señores, esa es la cosa. Es cierto, es muy difícil trabajar el mundo nuevo desde una educación vieja. Pero no es menos cierto que el sistema viejo y putrefacto en el que vivimos, busca perpetuarse creando, precisamente, una educación para ricos que dominen el mundo y una educación para pobres que sucumban a la obediencia y la dominación. Seguiremos en el tema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se les ha ocurrido que este programa en vez de bajar el nivel de los centros educativos de contexto criticos puede elevarlos.No han pensado que a veces estos alumnos llegan a los liceos poco menos que sin saber comprender lo que leen y hay que solucionar estos problemas antes de ir a niveles mas elevados de la educación.

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