La Radio del Gato

martes, 13 de septiembre de 2011

RONDA DE POETAS / jueves 15 / 21 a 24 hs. / paula EINÖDER - laura MARTINEZ CORONEL - melisa MACHADO - victoria GUTIERREZ‏



  RONDA DE POETAS 
*sexta temporada
 
lecturas, performances y recitales.
La Ronda Café, ciudadela 1182 esq. maldondado.
JUEVES / 21 - 24 HS.
esta semana : PAULA EINÖDER, LAURA MARTINEZ CORONEL, MELISA MACHADO y VICTORIA GUTIERREZ. 

el afiche lo hizo * MARTIN PELENUR

PAULA EINÖDER ( montevideo, 1974 ) 
es Licenciada en Letras (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República) y profesora de inglés.
Publicó en poesía: La escritura de arcilla, Montevideo, Ediciones Imaginarias, 2002, (Mención Especial del MEC en Poesía Inédita, año 2000 y en Poesía Obra Édita, año 2003), Árbol experimental, Montevideo, Artefato, 2004 y recientemente su tercer libro de poemas opacidad, Montevideo, Editorial La Propia, 2010. También publicó el ensayo: Miranda o el lugar desde donde no se habla, Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2004 (Mención Especial del MEC en Ensayo Literario Inédito, año 2000).  Se puede leer más de su obra en: http://poesiapaulatina.blogspot.com/

ALTURAS
No puedo escribir sin destruir
un poema que es un árbol
lo es porque antes sorbió con creces
las raíces de un poema anterior
y lo dejó petrificado y esquelético
El poema nuevo en cambio
se puso robusto y en flor
Yo estoy aquí
En esta batalla
de sangre –tinta-
de boca –papel-
de hacha –borrar-
Y estoy dispuesta a matar
sin piedad si logro con ello
mi único objetivo
-lo que yo deseo-
hincarle el diente al fruto
más jugoso y maduro
en la punta del árbol
de Árbol experimental, Montevideo, Artefato, 2004



 
LAURA MARTINEZ CORONEL ( melo, cerro largo )

Ha publicado cuatro libros: "Eclipse de mar y sangre", "El tiempo de
la lluvia", "En la piel de un relámpago", y "EL sueño de Andrea".El 22
de este mes presento en la sede de La Casa del Escritor del Uruguay,
"Una bandada de dados"...Publicado por ÁTico Ediciones.
Su poesía ha sido incluida en varias antologías nacionales e internacionales.


LA LUZ QUE NOS DESAPARECE
Como si de tantas trampas con cierta levedad de letras
el viento del olvido quedara en los calendarios atrapado de las lámparas
como un mundo de bruma de pájaros descalzos
en la música enorme de tu cuerpo desnudo
Como si una aguja imantada se desprendiera de mis brazos
para llegar a los huecos luminosos de tu pelo
viejos galápagos de nuevas despedidas
del mismo modo que vistes los camalotes sonoros
y desciendes la escalera con carcajadas y voces
en la isla de los ojos abiertos reproduciendo tarde
con la pesada materia de un saco que todo olvida
hasta las monedas llenas de peceras infelices.
La fábula del ciclópeo laberinto
con sus llaves cayendo descuidadamente sobre un recodo de luna
donde soy lo que miras y del mismo modo los ojos del confuso final de la página
donde mi nombre escrito va con tu vientre abierto y tantos
innumerables caracoles de fuego
que se deslizan desde las ventanas que te muestran empapada de vino.
No me desataré de tu cuerpo
con la complacencia de idéntico collar de endorfinas
todo pasa como un legítimo dédalo en la rueca que embellece satírica
fotografías llenas de pestañas
La opípara voz duerme agreste sobre la amiba embelesada del amor perdido
hoy en que podría haber amado las sílabas siamesas de tu boca
pero excepcionalmente fuí tarea de divanes escondidos
y el deseo de furiosas cabezas derramadas en el oro de la tormenta
con los artificios ensangrentados de la búsqueda
la sombra de los gemidos acaso sea la luz que nos desaparece
y no dieran las palabras para nombrarte
tan perezosamente dormida sobre los artefactos explosivos de la espera
con el sueño coraza del mandamiento de los jardines espesos
donde descalza gritas en la fuga de los ríos con la tibia mirada
de un equilibrista dormido.

MELISA MACHADO ( durazno, 1966 )
 
1. Anoche me despertaron los pómulos endurecidos.
Me espantó mi propia cabellera:
ráfaga imprevista,
líquen desmedido.
Lejos, un corazón de almendras.
Me crecían uvas en la boca y mis palabras eran bruma.
Me eché a temblar: larga, delgada y poseída.
Y llegué hasta allá
y jugué conmigo
como se juega con un animal dormido.
Sellaré ahora mis vocales.
Reconozco el odre de mi miel.
(Me miran de noche sus ojos de hígado)



 
VICTORIA GUTIERREZ

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