Ha vuelto al ruedo (y de Barcelona a Buenos Aires) para presentar su nuevo libro el poeta, crítico y traductor Hugo Savino. En “Salto de mata” (Letranómada), reúne ensayos escritos y reescritos sobre escritores y músicos. Savino retrata a Néstor Sánchez, Aníbal Troilo (“maestro del paisaje”), Balzac, al traductor y poeta Henri Meschonnic, a Marina Tsvietáiva, a Osvaldo Lamborghini, Paul Claudel, Raúl Berón y Jack Kerouac, “el clochard celeste” que pareciera no tener nada que ver con quienes lo anteceden. De Sánchez, el autor de “Cómico de la lengua” y “Siberia blues”, dice que “reemplazó la pasión de hacer fragmentos por el vagabundeo, por el vagabundeo espiritual, solo, después, no sé cuándo, sintió la necesidad de ir a la calle (…) Andar por ahí se le convirtió en una pasión, y se alojó del mundo, de él mismo. Siempre vio el mundo, pero no pudo tomarse un descanso de los horrores. Tampoco dijo mucho sobre lo que vio y cómo se le estragó la épica. Decía, obstinado, cuando yo le hablaba de su don: perdí la épica. Y se apartó. Vivió apartado. La vulgaridad le sacaba una mueca, y mucho silencio”. Así, esta editorial pequeña, artesanal, recupera a un escritor que también tiene un blog y un oído poético que algunos podrían decir que es absoluto.
Acaso en las antípodas pero ¿quién sabe? el marplatense por adopción Sebastián Chilano publica su cuarta novela, “Riña de gallos” (Ediciones B), donde la acción que produce el aleteo de una mosca en Nueva York -dícese- puede provocar un tsunami en Tokio. ¿Y si un tsunami acá produce un aleteo allá, cualquiera sea la ciudad? Cuando el amor se gasta, las peleas y los malentendidos erosionan lentamente el lazo entre dos, y los protagonistas pierden la humanidad en cada riña de gallos. Pero cuando la presencia del futuro se interpone en el presente, las cosas se vuelven más complicadas. “En el aire” (Alfaguara), es el magnífico título de la segunda novela de Graciela Speranza, coeditora, junto a Marcelo Cohen, de la revista “Otra Parte”. En el aire, Bruno, el narrador, hace la cuenta del tiempo que lleva en Londres. Argentino, ilustrador de profesión, vuela a Nueva York. En las horas vacías, se demora en unas fotos que recibió de su madre poco antes de embarcar. Son las obras de un herrero italiano, maestro de su padre, piezas de un realismo que Bruno se empeña en traducir en palabras. En el viaje del recuerdo, las fotos convocan escenas dispersas de la historia familiar, veladas por las sombras de la historia argentina reciente. Cuando el álbum termine de componerse, se verá por qué Bruno quedó varado en otro hemisferio y otra ciudad, y por qué esta vez escribe en lugar de dibujar.
Al núcleo duro de la política se llega de la mano de Andrea Cavalletti y su “Mitología de la seguridad. La ciudad biopolítica” (Adriana Hidalgo). “No existen ideas políticas sin un espacio al cual sean referibles, ni espacios o principios espaciales a los que no correspondan ideas políticas. Ese argumento desarrolla la fórmula de Carl Schmitt, quien supone que en toda investigación sobre espacio y poder, ambos términos se implican mutuamente. El paradigma de la seguridad que hoy nos gobierna tuvo su más clara definición hacia la mitad del siglo XVIII, dice el autor, su siniestra profecía en la geopolítica de Friedrich Ratzel. Como si la frase de Hobbes, “fuera del Estado, ninguna seguridad”, hubiera sido interpretada excluyendo la seguridad, precisamente, para afirmar al Estado: planteando un dominio protegido sólo en tanto deja aparecer un peligro; volviendo a poner en juego lo interno y lo externo, el amigo y el enemigo, la vida y la muerte como polos de una relación dinámica. A partir del nacimiento de la policía y el concepto de urbanización, se reconstruye la genealogía de un dispositivo espacial que busca capturar a la multitud excluyendo todo punto de fuga. Ese dispositivo se revela, sin embargo, como un aparato mitológico en contra del cual este libro llama a una “defección absoluta”. Finalmente, de Claude Giraud, discípulo del gran Clément Rosset, “Las lógicas sociales de la indiferencia y la envidia” (Biblos). El autor se pregunta por qué y cómo la indiferencia llegó a convertirse en un símbolo de la vida social contemporánea, qué relaciones existen entre la actividad profesional y la indiferencia, por qué razón la sociología ignoró siempre a la indiferencia, y por qué la envidia es un concepto ausente en las teorías del actor social actual. En “Acerca del secreto. Contribución a una sociología de la autoridad y del compromiso”, su libro anterior, Giraud ya había da sobradas pruebas de solvencia. En éste logra superarse.
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