EL AUTOR
Pablo Thiago Rocca nació en 1965 en Montevideo. Es poeta,
investigador y crítico de arte, además de Director del Museo Figari (Uruguay).
Ganó el Premio Nacional de Literatura en ensayo de arte (2004) y el Premio
Municipal de poesía (2008). Ha publicado los libros de poesía: “Poemas y otras
mentiras” (1987), “El cuerpo y su sombra” (1998), “Los suburbios de dios”
(2000), “Túneles para viajar por la carne” (2004), “Nada” (2009) y el disco
compacto “Piedra Plana” (2002) en co-autoría con el músico Fernando Pareja.
EL PROYECTO
El próximo jueves 20, Rocca presentará en
Paysandú su proyecto “Arte Otro en Uruguay”. Es el planteo de un relevamiento
sistemático, a escala nacional, de obras de arte en el campo de la plástica
(pinturas, esculturas, murales, intervenciones arquitectónicas) consideradas
fuera de los cánones de la alta cultura o la cultura erudita. Su labor de
investigación busca revalorizar la creación de excelencia artística ajena a los
circuitos institucionales de difusión: pintores “primitivos”, “naturales”, art brut, naïf, excéntricos, actuales e
históricos).
LA CHARLA
La charla se desarrolla con apoyo de
muchas imágenes y hace visible las dificultades que conlleva armar un proyecto
de relevamiento de esta naturaleza (pensando en estudiantes y futuros
investigadores o aspirantes a armar un proyecto cultural). Rocca se detiene
especialmente en las categorías de análisis de las distintas expresiones
relevadas y los aspectos más sobresalientes -las virtudes, los hallazgos, la
importancia en suma- de este conjunto heterogéneo de artistas.
EL LIBRO: ARTE OTRO EN URUGUAY
Su libro, Arte Otro recoge tal
investigación. La primera parte del mismo comprende un acercamiento
teórico y una comparación en el ámbito internacional, así como la definición de
distintas categorías y fenómenos, ejemplificados en obras de artistas representantes
del “otro” arte.
Una segunda parte incluye fichas de 48
artistas uruguayos, en orden alfabético de Antolín a Alberto Zapicán,
representantes de todas las categorías mencionadas.
“Otro” es un concepto que abarca las
variadas expresiones de un arte creado fuera de los cánones de la llamada alta
cultura. En palabras de Pablo Thiago Rocca, la creación de esas obras “discurre,
en gran medida, ajena a los parámetros habituales de valoración artística y a
los circuitos institucionales de difusión cultural”.
En el ámbito nacional varios de los
cultores del arte “otro” fueron considerados desequilibrados, y recluidos en
instituciones psiquiátricas, especialmente la Colonia Etchepare. Tal vez el más
conocido de los pintores “otros”, Raúl Javiel Cabrera “Cabrerita”, pintó en
acuarela misteriosas escenas cargadas de erotismo durante los treinta años que
estuvo internado en instituciones psiquiátricas.
En distintos lugares del país hay
ejemplos de la actividad de artistas “otros” que intervinieron sus entornos y paisajes.
Como Juan Artega, quien realizó una serie de máscaras que adosó a la fachada de
su casa, la “Casa de las Máscaras”, en Santo Domingo de Soriano. O Emiliano
Custodio, que utilizó los más dispares objetos en desuso para cubrir el entorno
y las paredes del que llamó “Chalet Brisas del Tanque” en Salto.
OTRO ARTE. Figuras
que conforman la iconografía religiosa, histórica y popular son elementos
recurrentes en las obras de los artistas cuyas obras son estudiadas por Rocca.
Los personajes representados con mayor frecuencia son Jesucristo, Artigas y
Gardel (en ese orden), en obras que muestran interpretaciones muy personales, a
veces en contextos extraordinarios.
La más conocida, y también la más
“tradicional”, figura de Jesucristo es el “Cristo de los Pescadores”, escultura
que Alfredo “Lucho” Maurente realizó en La Paloma. Humberto Rigali realizó en
arena y portland el grupo escultórico “Apogeo y muerte de Artigas”, en el que
Jesucristo encuentra a Artigas, ambos con los brazos extendidos antes de fundirse
en un abrazo, mientras dos secretarios toman nota del acontecimiento. La figura
de Gardel es el motivo de varias obras, entre otras una pintura de Alicia
Ferrari y un sugestivo mosaico de Guillermo Vitale.
En la categoría personajes fantásticos, la
figura preferida de los artistas “otros” es la de la sirena junto a los
mascarones de proa, uno de los principales motivos de las esculturas de
Maurente. Las figuras de animales, en su mayoría de arena y portland
policromado, son también recurrentes: Alberto Panzardi ha creado varios
animales que pueblan jardines de Canelones, Colonia, Montevideo y San José;
Helvecio Olivera integró Leones y Gorilas en su “Helveci-Park” de Juan Lacaze;
mientras que Carlos Redes ubicó Carpincho y Tortuga en un estanque en “El Lugarcito”
en San Gregorio de Polanco.
Algunos de los artistas agregaron a sus
obras sonido y movimiento, denominadas por Rocca “máquinas de la alegría”.
Américo Masaguez creó junto a su Villa Margarita un cobertizo que llamó Tango
Bar, donde instaló una figura “cantante” de Gardel, efecto que conseguía con un
tocadiscos que mantenía escondido.
El tango
es también el tema de un grupo de esculturas con elementos móviles llamadoRincón
de tango, con figuras de, entre otros, Julio Sosa y Aníbal Troilo, creado por
Miguel Pérez en el jardín de su casa de Las Cañas. Ramón Lumaco creó El
ciclista, un ensamblaje compuesto por una bicicleta montada sobre dos bloques y
una figura que es un conglomerado de varillas, cables, un neumático y otros
elementos metálicos. Humberto Rigali construyó en su casa en Shangrilá (hoy en
el jardín del Museo Blanes) una compleja estructura rotatoria de metal de
cuatro metros de altura titulada Árbol Cantegril, con pequeñas figuras
humanas intercaladas con textos formados por letras de metal. En este caso se
evidencia la preocupación por problemas sociales, que también está presente en
obras de otros artistas “otros”
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